Este post lo quería haber escrito desde hace muuuucho tiempo. Es curioso como el blog va marcando los procesos vitales y estados de ánimo por los que paso. Todo esto del COVID nos ha tocado mucho a tod@s. Se ha perdido mucho entusiasmo y energía, no hay la misma ilusión. Hay miedo y en algunos momentos desesperanza. Se intenta buscar la alegría en las pequeñas cosas que nos da la vida, pero cuesta no mirar atrás.
He conseguido no contagiarme durante nueve largos meses, pero una vez que sucede y ya llegando a los últimos días de mi confinamiento, siento como si me hubieran quitado un gran peso de encima. Siento que hay un antes y un después. Supongo que se han liberado muchos temores que anidaban en mi interior, de una forma inconsciente, y que en cierto modo me tenían bloqueada. Verdaderamente no sé exactamente lo que ha sido, ya que han pasado muchas cosas en estos meses, pero por primera vez desde hacía tiempo me siento libre de nuevo.
Hoy si puedo disfrutar al mostraros la habitación que hice a Diego el año pasado. Un trabajo nacido desde el corazón, y el AMOR que siento por mi chiquitin. Rebusqué en sus inquietudes, ya que no están tan marcadas como las de Daniel con sus coches, y le pregunté. Él quería una carretera como la de su hermano, obviamente, pero ¿Dónde podría llevarnos? Finalmente se me ocurrió crear una carretera que nos llevase a cualquier parte del mundo.
Diego siempre preguntaba: Mamá, ¿Cuál es el país más lejano de España? Nueva Zelanda, está en Australia ¿Y qué es Australia? Un continente,... Una pregunta nos llevaba a otra, su curiosidad iba creciendo. Cogíamos el Atlas del Mundo que la tía le había regalado a Daniel, y comentábamos un sin fin de cosas sobre el país que ese día le apetecía. Así que le propuese que me ayudase a buscar los países que quería que apareciesen en su carretera ¿A ver si los reconocéis?
Fue realmente divertido, porque ambos colaboramos codo con codo en la creación. Él echaba de menos algo de color en su pared, así que me pidió que dibujase un arco iris. Le encantan los arco iris, más de una vez hemos tenido que ir en busca del tesoro, pero nunca nos ha permitido cogerle.
Finalmente tuve la suerte de encontrar fácilmente una funda nórdica que contribuyese a nuestra causa. Esta vez no tuve que pintarla, pero si nos queda pendiente el ampliar la información que en ella queramos incluir: países, capitales, banderas,.... Hasta donde nos lleve su inquietud y mi creatividad.
Espero que os haya gustado este nuevo espacio de juego que hemos creado en casa, y que os inspire para próxima ideas que os puedan surgir.
Me ha resultado muy útil y necesario este post para recordar que las respuestas siempre vienen de nuestro interior, nuestras inquietudes, destrezas o talentos. Solo hay que confiar y dejar que todo fluya de forma natural.
Es cuestión de tiempo que la autenticidad brote de nuevo, a pesar de las piedras del camino ¡Feliz por volver!
¿Y tu cómo estás? Te animo a compartir cómo esta tu energía, tu sentir, cómo libras tu batalla, .... ¡Mucho animo! Sea cuál sea tu situación particular.